lunes, 13 de junio de 2011

I. El inconsciente consciente.

Recuerdo el olor a sexo y marihuana de esa noche, una de nuestras noches, empezó como cualquier sábado, los dos estábamos en fiesta; pero yo no aguanté más y te dije delante de todo el mundo "vamonos ya a follar, ¿no?" -a un recuerdo tu cara, tu sexo en la mirada y a la vez esa expresión que pones cuando te quiero demasiado delante de los demás, - dije follar porque me encanta esa palabra, es tan dulce y violenta, como el Amor, -con mayúsculas-, hacer el amor, hacer el amor lo hacíamos todos los días, aunque nosotros esa noche no sólo follamos, también hicimos el amor, no cabían más besos en nuestros cuerpos, nos corrimos abrazados hasta que se inundo de éxtasis la habitación y la mezclamos con humo y más orgasmos -veasé mi dificultad para distinguir entre follar y hacer el amor, que ahora los motivos no vienen a cuento- y como fue una gran noche, el despertar no podía superarla, pero recuerdo como me acariciabas el pecho mientras susurrabas en mi oído derecho: "Buenos días princesa..." no pudo ser más cursi pero aún se me eriza la piel al recordarlo, es que nadie tenía tanta magia como tú[...]



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